Efesios 5
8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
¿Has conocido al Señor? ¿Sabes cuál es tu identidad en Él? La sangre de Cristo pagó el precio de nuestro pecado para que fuésemos salvos, no sólo salvos sino Hijos de Dios. Nosotros, indignos de tal privilegio, nosotros que no somos sino barro y polvo hemos sido engrandecidos a título de Hijo conjuntamente con Cristo. Una vez entramos en este conocimiento y aceptamos a Jesucristo como nuestro único Salvador asumimos un compromiso y una responsabilidad. Ya no somos tinieblas ni pertenecemos a la oscuridad, dice la Palabra que somos luz en el Señor. ¡Somos LUZ! Y tenemos que funcionar, vivir como tal. Nos exhorta la Palabra a ser diligentes y observar, reflexionar sobre nuestro propio comportamiento, no como el necio que no tiene discernimiento para distinguir la luz de la oscuridad, el bien del mal, sino como sabios por las enseñanzas del maestro de maestros, Jesucristo el Señor. Así, con la ayuda del Espíritu Santo, imitemos a Jesús para que seamos testimonio vivo. No lo dejemos para más tarde, el momento es ahora. No hay pretexto ni excusa válida, tenemos las herramientas dentro de nosotros mismos porque somos templo del Espíritu Santo. Dice la Palabra que aprovechemos bien el tiempo porque los días son malos. La venida de Cristo está cerca. No permitamos que las distracciones del mundo nos desvíen de lo que hemos sido llamados a hacer. Internet no salva, Facebook no salva, la televisión no salva, salva Jesucristo con su sangre preciosa y a ése le debemos nuestro tiempo. Por eso se nos exhorta a no ser insensatos sino entendidos de la voluntad del Señor. Amados, no seamos esclavos del mundo, seamos libres en la Santa voluntad de Dios para nosotros.
Amén
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