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Writer's pictureMinistra Arlene I. Salcedo

¡Que viva el lavamiento!

Cuando era niña, estudiaba en un colegio católico. Proviniendo de una familia protestante, fui víctima de acoso porque aún no había sido bautizada, yo tenía aproximadamente 7 años. Tuve maestras que me decían que yo iría al infierno. Mis padres me explicaron que ellos no creían en bautizar a los niños hasta que no entendieran de lo que se trataba el bautismo, que cuando ese momento llegara, sería bautizada. En mi inocencia no comprendía lo que mis padres querían decir. A los once años fui bautizada con conocimiento de causa. Hoy día agradezco a mis padres el que no se dejaran presionar para bautizarme a destiempo.


En la Biblia vemos que el agua fue usada como lavamiento e inicio de algo nuevo. Así vemos que el diluvio limpió al mundo del pecado y ofreció una nueva oportunidad. “los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,” (1 Pedro 3:20-21 RVR60)


El bautismo es un sacramento muy serio y significativo. Participar de él debe hacerse a conciencia y no tomarse ligeramente. No se trata solamente del rito, implica y conlleva mucho más.


Primeramente, diferenciemos entre el bautismo de Juan el Bautista y el de Jesús. Juan proclamaba un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados:


· “Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.” (Marcos 1:5 RVR60)


· “Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.” (Hechos 13:24 RVR60)


· “y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,” (Lucas 3:2-3 RVR60)


Juan el Bautista advertía de la venida de Jesús y el nuevo bautismo del Espíritu Santo.


· “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (Mateo 3:11 RVR60)


· “Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.” (Hechos 19:4 RVR60)


· “Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.” (Juan 1:33 RVR60)


Entonces vemos un antes y un después a partir del bautismo de Jesús cuando desciende el Espíritu Santo en forma de paloma. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” (Lucas 3:21-22 RVR60)


De la misma manera que sobre él descendió, desciende sobre todo el que Jesús bautiza o se bautiza en su nombre. Así fue una confirmación para Juan el Bautista y una señal para el mundo.


La Biblia nos explica claramente qué es el bautismo a partir de entonces, sus características y consecuencias. Veamos.


¿Qué es el bautismo? ¿Qué requiere?


La palabra bautismo proviene del griego “baptízeins” que significa “sumergir” o “lavar”.

“[…] El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,” (1 Pedro 3:21 NVI)


El bautismo es el símbolo externo (lavado por agua) y público del compromiso interno de renunciar al pecado y vivir una vida que imite a Jesucristo (lavado del alma). Requiere verdadero arrepentimiento del pecado (Hechos 2:38, infra) y una actitud con propósito de enmienda. Es una de las dos instrucciones sobre ritos que Jesucristo impartió.


¿Qué consecuencias tiene el bautismo?


1) recibiremos el Espíritu Santo


“—Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38 NVI)


Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (1 Corintios 12:13 RVR60)


Somos unidos a través del bautismo mediante la unción del Espíritu Santo para conformar un solo cuerpo: la Iglesia.


2) entraremos al reino de los cielos


“—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.” (Juan 3:5 NVI)


Jesús explica que es requerido el bautismo para entrar al cielo. Por supuesto, el bautismo requiere arrepentimiento y compromiso de renunciar al pecado; sin arrepentimiento ni compromiso de imitar a Jesús no es posible llegar al reino.

3) nos hace partícipes de la muerte de Jesús


¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?” (Romanos 6:3 RVR60)


Al aceptar a Jesucristo, arrepentirnos y ser bautizados, nos identificamos con toda la vida de Jesús, incluyendo su muerte, con la cual fuimos salvados. Sin su muerte el bautismo solamente sería de agua y no de espíritu.


4) lava (perdona) los pecados y regenera, renueva


Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.” (Hechos 22:16 RVR60)


En Cristo nacemos de nuevo, somos criatura nueva renovados por el Espíritu Santo.

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,” (Tito 3:5 RVR60)


El lavamiento al que hace referencia no es otra cosa que el bautismo regenerador.

5) te reviste de Cristo


Al ser justificados y bautizados somos hijos al igual que Cristo pues por su muerte de cruz fuimos adoptados. Revestirse de Cristo se refiere a que el bautismo, luego de aceptar a Cristo, te coloca en estado semejante al suyo (estado de hijo).


pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.” (Gálatas 3:26-27)


6) te hace discípulo


Al aceptar el compromiso del bautismo entramos a una escuela de vida en la cual debemos estar encaminados a estudiar la Biblia y aprender del ejemplo de Jesús.


Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” (Mateo 28:19 RVR 60)


Espero, amigo lector, que este estudio le sea de bendición. ¡Que viva el lavamiento!


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